Combinaciones perfectas para una calçotada con Witty Wines

Estamos en plena temporada de calçots. ¿Y qué mejor plan hay para un fin de semana que organizar una calçotada con los tuyos para pasar tiempo de calidad y, sobre todo, para disfrutar de una experiencia gastronómica tradicional catalana?

Para completar toda experiencia gastronómica, no nos podemos olvidar de la bebida que la va a acompañar. Aquí es cuando se puede entrar en debate sobre qué vino elegir: ¿tinto o blanco? Quizá lo primero que viene a la mente es el vino tinto, pero ¿es por los calçots en sí o por la carne que los suele acompañar?

Para los amantes del vino blanco puede que no sea la respuesta deseada, pero hoy estamos aquí para decir que, por suerte, no hace falta elegir entre uno u otro, porque una calçotada no está completa comiendo solo calçots. Hay un momento para cada tipo de vino y, de hecho, así debería ser para poder disfrutarla al máximo.

Los calçots, la salsa romesco y el vino, básicos en una calçotada

La celebración culinaria se inicia con los calçots acompañados de la salsa romesco, una salsa con un sabor muy característico y potente, con toques de ajo, avellana, tomate y aceite, entre otros. Como se complementan salsa y calçot es una combinación única, una explosión de sabor. El primer bocado de una calçotada es único y deseamos que los que vienen a continuación sepan cómo ese primer bocado. Y para que así sea, alternar los calçots con vino blanco puede hacer aún más placentera la ocasión.

La mejor elección sería, pues, un vino blanco, pero no puede ser cualquiera. Recomendamos un vino blanco que sea afrutado, pero a la vez con un toque de acidez. Esto ayudará a provocar un efecto de limpieza para que cada mordisco sea como el primero y puedas disfrutar de esta sensación más de una vez.

Es por eso que el vino blanco Saltimbanqui Verdejo, con una alta intensidad, vibrantes notas de fruta exótica y refrescante acidez, es genial para esta primera parte.

No hay calçotada sin parrillada

Para aprovechar la leña de la parrilla, la mejor opción para un segundo plato en una calçotada es la carne: butifarra, carne de cordero, panceta…

Como hemos dicho antes, al pensar en una calçotada, muchas veces nos viene a la cabeza el vino tinto para acompañar. Es aquí, con la carne, cuando podemos encajarlo a la perfección, especialmente un tinto con carácter.

El Tronat Tinto, con su color rojo cereza con reflejos granatosos y su capa intensa, puede ser un gran aliado.Es un vino con estructura y complejidad en el que podemos encontrar notas de fruta roja madura, como la ciruela o la cereza picota. En el paladar es intenso y profundo, por lo que permite un final persistente y lleno de vida interior.

La crema catalana, el postre que culmina cualquier calçotada

¿Qué mejor para terminar una velada que con un toque dulce? ¿Y qué mejor opción que hacerlo con una crema catalana? La base de yema de huevo contrastada con la capa crujiente de azúcar caramelizado necesita una bebida acompañante que la complemente.

El cava I tant, con su sabor afrutado que nos recuerda a la pulpa del melón, las peras, el melocotón y el albaricoque, es perfecto para el postre. Además, después de un recorrido gastronómico de productos de la tierra catalana, qué mejor que escoger un cava que sea el reflejo del paisaje de estas zonas vitícolas. Además, es equilibrado, agradable y fácil de beber.

Beber cava es sinónimo de celebración. Celebrar esta velada con los seres queridos, manteniendo en pie una tradición tan bonita. ¡Ideal para el fin de una calçotada perfecta!

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