La agricultura ecológica ha ido consiguiendo con el paso de los años un mayor número de seguidores. Tanto productores como compradores se suman a un tipo de agricultura más respetuosa con el medio ambiente en lo que respecta al modo de trabajar la tierra y al producto final que llega al consumidor, traducido en producto de calidad, de temporada y de proximidad.
También en el mundo del vino son muchos los que ejercen una viticultura ecológica. Encontrar vinos con la acreditación de ecológicos es cada vez más habitual, y los consumidores concienciados con estas temáticas -que no son pocos- apuestan por ellos.