Vuelve el vermut al sol

aribau vermut al sol

Ha llegado la primavera y es sinónimo de días más largos, de la vuelta del sol y de la temperatura ideal para pasar tiempo al aire libre.

Como buenos mediterráneos, nos aferramos a estos momentos de disfrute para compartirlos con amigos y familiares. Y la mejor manera de hacerlo es juntarse un día de sol y buen tiempo para hacer el aperitivo, que como ya sabemos, se ha popularizado como hacer el vermut. 

Una de las particularidades del momento vermut en España es su horario, que difiere notablemente del de otros países europeos. Mientras que en lugares como Italia el aperitivo suele tomarse antes de la cena, en España lo habitual es quedar antes de la comida. Terracita, solecito, buena compañía, un vermut bien hecho y, sobre todo, servido frío, despierta el apetito.

El clima templado y los días más largos favorecen que el vermut se disfrute al aire libre. No es solo cuestión de sabor, sino de ambiente: el murmullo de la gente, el tintineo de los vasos, el aroma de las tapas y el placer de dejarse llevar por la conversación sin prisas.

Todo contribuye a que el vermut en primavera no sea solo una bebida, sino una experiencia sensorial completa. Con la llegada del buen tiempo, el vermut se convierte en un símbolo del disfrute y la sociabilidad a la española. La primavera es el momento perfecto para redescubrir esta tradición que, lejos de perderse, se reinventa y se fortalece año tras año.

En el catálogo de Aribau hay dos vermuts perfectos para tomar un día soleado. Por un lado, tenemos el Bertsolari, con su visión compleja y gastronómica de esta bebida, largo, intenso y persistente. 

Por otro lado, el Musugorri, que en euskera significa “mofletes rojos”, esos que se nos ponen a todos cuando tomamos buen vermut. Además, se trata de un producto solidario, ya que parte de los beneficios de su venta van íntegramente destinados a alguna de las asociaciones que recaudan fondos para la investigación del cáncer infantil en el Hospital Sant Pau.

Como no puede ser de otra forma, el aperitivo tiene que ir acompañado de un picoteo sencillo; algo ácido o salado que armonice con el sabor herbáceo y algo dulce del vermut. Aquí, los típicos son clásicos y nunca fallan. Unas patatas, unas olivas (os recomendamos probar la amplia variedad que ofrecen las de Olivias by Tast) y un buen fuet son perfectos. Y si algún día, la ocasión se considera algo más especial, se pueden añadir unos berberechos, gildas, mejillones o boquerones en vinagre. 

Vivimos en un mundo regido por tendencias, modas y costumbres. Ahora, la fiesta ya no tiene porque ser de noche y la época dorada del tardeo así lo indica. Además, el vermut puede en muchos casos ser el principio de una gran tarde. Y tú, ¿eres fan de la hora del vermut?