La temporada de otoño es sinónimo de recogimiento, velas, sabores cálidos y de momentos de pausa hogareños. Es tiempo de castañas, boniatos, calabazas, membrillo, frutos secos… Es entonces cuando entran en escena los vinos dulces, esos grandes vinos, muchas veces olvidados, que nos acompañan en las sobremesas de otoño.
Estos meses traen consigo sencillos postres tradicionales como los panellets, los boniatos al horno, las castañas asadas, la coca de calabaza o el membrillo con queso. Postres que, aunque sencillos, ofrecen una riqueza de sabores y que demandan de un vino que los complemente y acompañe, ahí es cuando los vinos dulces cumplen con esta función a la perfección.
¿Qué vinos dulces podemos elegir?
- Moscatel
Un clásico entre los vinos dulces. Suelen ser vinos aromáticos, florales, con notas cítricas y de fruta blanca madura. Este vino es ideal para acompañar los panellets o los boniatos al horno.
- Vino rancio
Dentro de la gama de los vinos dulces, es un vino que tiene los efectos de una crianza oxidativa. Hablamos de vinos de larga crianza, muy típicos en Cataluña, con sabores a frutos secos, especias, barrica… Una pareja de baile perfecta para las castañas asadas.
- Pansa Blanca
Vino dulce para acompañar las largas sobremesas, de color dorado, en el que encontraremos aromas de uva sobremadurada, de fruta blanca madura, miel y notas balsámicas. Ideal para maridar con cualquiera de los postres de la temporada.
- Pedro Ximénez
Hablamos de un vino dulce denso, intenso, con aromas a higos, pasas, café y chocolate, y un final persistente. Se puede tomar como aperitivo a media tarde y maridarlo con unos carquiñolis, un pastel de manzana, o unos buñuelos de viento.
Vinos dulces adaptados a la actualidad
Si bien estos son los vinos dulces tradicionales, los clásicos entre los clásicos, cada vez son más las bodegas que elaboran un tipo de vino dulce adaptado a los nuevos tiempos, sin crianza oxidativa, con perfiles más frescos y afrutados. Los vinos dulces actuales buscan ofrecer un dulzor equilibrado y más ligeros en cuanto a su graduación alcohólica, para brindar una mayor expresión aromática y frutal.
Como consejo final para poder disfrutar estos vinos dulces en su mayor expresión os diremos que hay que servirlos fríos (entre 8-12 °C) y equilibrar así su dulzura. Lo ideal es degustarlos en copas pequeñas de tipo vino blanco o jerez, en pequeñas dosis.
Con esto, solo queda saborearlos con calma para poner el broche perfecto a una comida otoñal. En nuestro catálogo encontrarás una diversidad de referencias de vinos dulces.