¿Conoces Ferré i Catasús? Es una bodega con una historia única y vinos que despertarán tu curiosidad y entusiasmo. Todo comenzó en 1935, cuando Lluís Ferré Pascual, hijo de una familia de viticultores del Penedès, decidió seguir su corazón y casarse en secreto con Maria Catasús Domènech. Aunque su boda no fue bien recibida por sus familias, especialmente por la de Lluis, su pasión por el mundo del vino nunca se desvaneció.
Hoy en día, son los hijos de Lluís, y especialmente Lluís Ferré, quienes continúan el legado familiar, infundiendo alma y dedicación en cada botella que lleva el nombre de «Ferré i Catasús». Sus vinos son el resultado de la combinación perfecta entre tradición e innovación, con aromas innovadores que desafían las expectativas y abren nuevos caminos enológicos.
Creen en la honestidad y la simplicidad en la elaboración de sus vinos. Quieren que cada botella refleje los matices de sus parcelas. Reivindican la elaboración de vinos finos: equilibrados, frescos y suaves, que permiten al consumidor disfrutarlos en todo su esplendor.
En cada paso del proceso, desde sus viñedos hasta la producción, se esfuerzan por ser sostenibles, ecológicos y certificados como veganos. Sus cepas son como tesoros que miman con cuidado y dedicación en sus 46 hectáreas de viñedos en el Alt y Baix Penedès. Cada profesional de Ferré i Catasús tiene un especial cuidado de las viñas, las cepas y todo el proceso de producción, con el objetivo de lograr una producción 100% ecológica y respetuosa con la naturaleza.
Ubicados en el corazón de la depresión prelitoral catalana, entre la cordillera prelitoral y las pequeñas llanuras de la costa mediterránea, sus viñas se benefician de un suelo rico en fósforo y bajo en potasio. El terreno irregular, con pequeños cerros y valles, junto con los distintos tipos de suelos, desde arenosos hasta calizos y arcillosos, crean el entorno perfecto para cultivar uvas de calidad excepcional.
