El verano ya está aquí. Es un hecho. Y encima se ha traído consigo la primera ola de calor de la temporada. Ante las altas temperaturas que estamos teniendo estos días, lo más importante es hidratarse bien. Pero a última hora del día, cuando queremos relajarnos un rato, un vino es una buena alternativa.
‘Es que con el calor no me apetece tomar vino’, es una frase bastante habitual por estas fechas. O, como mucho, a la mayoría les apetece un vino blanco o rosado bien fresquito. Pero ¿qué pasa si llegamos a casa y no tenemos vino en la nevera? ¿O si queremos un vino tinto pero la botella no está a la temperatura de servicio adecuada?