¿Cómo podemos detectar un defecto en el vino rápidamente?

Defectos en el vino

Abrimos una botella de vino en casa para nuestros invitados y nos entra la duda, ¿estará en condiciones o encontraremos defectos en el vino? Nos encontramos en un restaurante y el camarero se acerca y nos pregunta ¿está correcto el vino? Ahí surge la duda de si sabremos detectar cualquier error en el vino. Ante estas situaciones os daremos algunas pistas para poder detectar diversos defectos en el vino, un consejo: afinad vuestro olfato, ahí tendréis la clave.

El olor es la pista para encontrar los defectos en el vino

El mal olor en un vino es síntoma de defecto del vino ante el que nos encontramos. A continuación, os damos algunos consejos para identificar esos errores de forma fácil:

  • Corcho

Este fallo se da porque el corcho de la botella está defectuoso debido a los hongos que se alojan en las grietas del corcho. Es un fallo que únicamente se detecta al abrir la botella, por el olor que desprende, que suele ser un olor de moho o humedad desagradable. Así mismo, en boca tiene un gusto insípido o amargo.

Este error se produce cuando el cloro entra en contacto con materiales que contienen fenoles, como es el caso del corcho, el cartón o la madera.

El defecto se conoce de forma técnica como TCA. Se estima que aproximadamente entre un 3 y un 4% de las botellas de vino se ven afectadas por este fallo. Es, por tanto, el defecto más común del mundo del vino.

  • Avinagrado o “picado”

Es el fallo más conocido con el que acostumbramos a calificar cualquiera de los diferentes defectos que nos encontramos en el vino. Cuando un vino está “picado” es sinónimo de que desprende un aroma a vinagre o, si se da en exceso, puede recordarnos al olor de la acetona o el pegamento.

Si un vino está avinagrado se debe a que ha realizado una fermentación secundaria en la botella, a causa de una exposición elevada al aire o poca presencia de alcohol, que hace que se multiplique la bacteria acetobácter.

Este defecto en el vino puede darse en uno que esté acabado de descorchar, pero, si hay una botella que lleva un tiempo prolongado expuesta al oxígeno, también se puede avinagrar.

  • Oxidado

Cuando nos referimos a un defecto en el vino de oxidación, es un defecto que se puede detectar en primer lugar por la vista, ya que presenta unos colores más apagados. En el caso del vino blanco, podremos apreciar unos tonos dorados oscuros, y en el vino tinto percibiremos unos tonos marrones apagados.

Los aromas que se pueden asociar a este fallo son los de vino rancio o frutos secos pasados. En boca, aportará un excesivo amargor. Este error es consecuencia de un contacto elevado con el aire o exceso de luz.

  • Reducción

Este fallo responde a una reducción en la fermentación, es decir, que le ha faltado oxígeno. Al olerlo encontraremos aromas que nos recordaran al azufre o los huevos podridos. Esta deficiencia acostumbra a tener solución, solamente tenemos que airear el vino. Podemos tanto decantar el vino como dejarlo en la copa un tiempo para que “respire”.

Defectos en el vino que solo son visuales

Pero no todos los defectos del vino se encuentran en el aroma, los hay que son visuales y que, en el fondo, no son un defecto que hagan que tengamos que desechar el vino.

  • Cristales

Tanto en el fondo de la botella como en las paredes o el corcho hay veces que podemos percibir la formación de unos pequeños cristales de tamaño y forma similares a los de los granos de azúcar. Pese a que nos pueda extrañar al verlos, no son un defecto del vino que haga descartar el consumo de esa botella, se trata de unos cristales de ácido tartárico que se generan de modo natural.

Como curiosidad, precisamente en los vinos de alta calidad es donde es más fácil encontrar este “defecto”, que no lo es como tal. Así pues, podemos consumir ese vino sin que sus cualidades se vean afectadas.

  • Enturbiamiento

En este caso se trata de un defecto en el vino blanco que, como el anterior, únicamente lo es en el aspecto visual. El aroma y el sabor no sufren modificaciones. Mirando el vino veremos que hay una nebulosa blanquecina, pero realmente no tiene más importancia.  

  • Posos

Se encuentran en el fondo de la botella, más habitualmente en los vinos de guarda. Estos posos son tan solo la materia colorante del vino que se va precipitando hacia el fondo de la botella. Como ocurre en el caso de los cristales, no se tiene que desechar el vino por ello, y simplemente con decantarlo solucionaremos el problema. Si no disponemos de un decantador, debemos dejar la botella en posición vertical un tiempo antes de servirlo.